Para el próximo debate presidencial entre Fujimori y Humala se ha acordado que no se incluirán los temas de derechos humanos ni de corrupción. Los candidatos han dado sus razones para la no inclusión de estos temas. Esas «razones» no son convincentes. Estaba pensando escribir sobre este asunto. Sobre por qué ciertos temas se tornan en innombrables, cómo las palabras se convierten en tabú, qué hay detrás del tocar o no tocar un tema, cuando me llegó esta reflexión de mi muy querido amigo Luis Andrade que comparto con ustedes.
Temas negociables
Luis Andrade
Sea que votemos por Keiko Fujimori, por Ollanta Humala, en blanco o viciado, estamos avisados de la importancia que tendrán la lucha por la corrupción y la defensa de los derechos humanos en cualquiera de los dos escenarios posteriores a la segunda vuelta. Los candidatos acaban de negociar cuáles serán los cuatro ejes temáticos en torno a los cuales debatirán antes de las elecciones y –oh, sorpresa– entre ellos no está ni una ni otra causa, pues ambas han sido excluidas como resultado de los acuerdos a los que han llegado los voceros designados por Fuerza 2011 y Gana Perú.
No cabe duda de la importancia que tienen para el país los cuatro ejes temáticos que han sobrevivido a esa negociación –lucha contra la pobreza, seguridad y narcotráfico, institucionalidad democrática, economía e inclusión social–, pero, con las dos exclusiones, ambos candidatos nos están diciendo con mucha claridad qué asuntos no están entre sus prioridades y cuáles son sus temas negociables.
Fujimori y Humala se han apresurado a dar explicaciones. Para la primera, los temas negociables sí estarán presentes, solo que subsumidos dentro de los cuatro ejes temáticos mayores. Esto da luces acerca de la jerarquía que tienen estas preocupaciones para Fuerza 2011. En un “Yo no fui” que roza lo infantil, Humala ha dicho que su agrupación tuvo que ceder ambas causas para que Fuerza 2011 no pateara el tablero, es decir, para que el debate no se viera frustrado.
Poco importa el peso que le han dado a la defensa de los derechos humanos recientes pronunciamientos ante la segunda vuelta electoral formulados por instituciones serias y preocupadas por el destino de la democracia en el Perú. Poco interesa también que la corrupción esté entre las principales preocupaciones de peruanos y peruanas, y que, según el último Latinobarómetro, nuestra ciudadanía tenga una de las percepciones más bajas en la región respecto al descenso de la corrupción en las instituciones del Estado a lo largo de los últimos años.
Al haber negociado ambos temas, Keiko Fujimori ha perdido una excelente oportunidad para deslindar en estos terrenos del gobierno de su padre, cuyo talón de Aquiles reside precisamente en su vergonzoso récord de violaciones de los derechos humanos y en la red de corrupción tejida desde Palacio de Gobierno y el Servicio de Inteligencia Nacional. El movimiento de Ollanta Humala, por su parte, ha optado por el silencio respecto al caso Madre Mía, debidamente denunciado en su momento por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y que dista de haber sido aclarado.
Se podría pensar que los ciudadanos y ciudadanas hemos perdido más que los candidatos, porque dejaremos de escuchar sus planteamientos sobre ambos desafíos en un momento crucial para nuestras decisiones electorales, pero, en verdad, hemos ganado una certeza: la seguridad de que no habrá avances en ambos terrenos, en ninguno de los dos escenarios posibles después de la segunda vuelta, si es que no permanecemos activos, creativos y vigilantes en estos dos precisos frentes. La precisión de esta certeza no es poca cosa en un momento de tanta incertidumbre.
El apoyo crítico que Mario Vargas Llosa ha pedido para Ollanta Humala debe hacerse extensivo también a los seguidores de Keiko Fujimori: sea cual sea el candidato que hayamos elegido, lo peor que podríamos hacer en este momento es confiar pasivamente en que ellos llenarán la agenda pública con los temas que verdaderamente interesan para construir un país más justo y libre. Estamos avisados: para nuestros candidatos, hay temas negociables, y entre estos, figuran los que se relacionan más directamente con nuestra dignidad.
Hola Nila,
Te informo que ambos candidatos han aceptado discutir los temas de DD.HH. y de corrupción. Hace falta, por tanto, actualizar la información colocada en este post. De todos modos la felicito por su preocupación por estos temas tan importantes. Aunque de vez en cuando sería bueno que haya algo de lingüística.
Saludos y buena suerte en todo!
Jorge Gonza