La deuda moral de la academia peruana con las poblaciones indígenas

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El Centro de Investigación de Lingüística Aplicada (CILA) de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el proyecto EIBAMAZ (Educación Intercultural Bilingüe para la Amazonía ) que ejecuta UNICEF convocaron ayer a una mesa de trabajo que titularon: Hacia una agenda nacional de investigación. Mi amiga María Cortez me invitó a participar y aquí les presento lo que leí.

Si fácil es abusar, más fácil es condenar y hacer papeles para la historia, para que te haga lugar»

Silvio Rodríguez

Antes que nada, quisiera advertirles que soy consciente de que el título es un tanto presuntuoso y que lo que ahora les voy a presentar son más bien los apuntes para una investigación/tarea pendiente. Debo señalar además que estoy de acuerdo con las personas que me han dicho que la deuda moral es de la academia en general pero lo que me interesa en este documento es llamar la atención sobre la “intelectualidad peruana”.

Para comenzar,  quiero recordar, brevemente, dos cuestiones que creo que nos servirán de punto de partida para hablar del asunto de la deuda moral de la academia: La discriminación hacia los poblaciones indígenas y la necesidad de una refundación nacional, como se señala en el informe final de la comisión de la verdad y de la reconciliación (CVR); los pedidos de perdón hacia los indígenas hechos por Canadá y Australia.

1.- CVR y refundación nacional.-

Existe discriminación hacia los indígenas y esta ha tenido consecuencias dolorosas como nos lo señala la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) que en la primera conclusión de su Informe Final sostiene:

“La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana.”

Estas brechas y desencuentros profundos, nos dice la CVR, hacen necesaria “la refundación nacional”. La conclusión 117 del Informe Final es clara:

La CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal y familiar; en el de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto. Los tres planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe. Tal reconocimiento es la base para la superación de las prácticas de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia republicana.

Como todos debemos recordar, tres de cada cuatro víctimas del conflicto armado interno tenían en el quechua o en otra lengua indígena su lengua materna.

2.- Australia y Canadá pidieron perdón por el daño causado.-

El año pasado los gobiernos de Australia y de Canadá pidieron perdón a las poblaciones indígenas por el daño que les habían ocasionado las políticas asimilacionistas. En estos países los niños indígenas eran separados de sus padres y obligados a asistir a internados de escuelas para “integrarse a la sociedad oficial”. En esas escuelas se les prohibía hablar su lengua ancestral, se les separaba de sus padres, de sus abuelos, de sus culturas y se abusaba de ellos psicológica, física y sexualmente. El 11 de junio el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, pidió disculpas a los indígenas por los maltratos recibidos. El 13 de febrero de 2008, el primer ministro Australia, Kevin Rudd, pidió perdón a los aborígenes por “la generación robada” «Pedimos disculpas por las leyes y políticas de sucesivos parlamentos y gobiernos que causaron gran daño, sufrimiento y pérdida a estos compatriotas nuestros». Al conocer esto, muchos nos preguntamos si algún día pedirá perdón el estado peruano y ceo que estarán de acuerdo conmigo en que el gobierno peruano está muy lejano a seguirle los pasos a Canadá, Australia (o incluso a Argentina donde hace unos días la presidenta pidió perdón a los pueblos indígenas por: «tanto tiempo de olvido, egoísmo y avaricia«, y señaló la necesidad de «construir una Argentina más justa y equitativa«).

Sabemos, además, que han pasado cinco años desde que se presentó el informe final de la comisión de la verdad y la reconciliación y el Estado, que nada ha hecho respecto a las conclusiones y recomendaciones de la misma, ha llegado al extremo, hace unos días, de rechazar una donación alemana para el museo de la memoria. El premier Flores Araoz en una nueva muestra de su escasez mental señaló que el Perú no necesita museos mientras sea pobre y con carencias sociales Como bien lo señala Jorge Agurto:La actitud de echar tierra a la memoria revela el mezquino interés de personajes claves del actual gobierno por ocultar cuentas y procesos políticos y judiciales aún pendientes, por que los crímenes de lesa humanidad no prescriben, y estas cuentas pendientes alcanzan al propio Jefe de Estado y su Vicepresidente.”

La sociedad civil condena las inacciones del Estado con respecto a las recomendaciones de la CVR pero viene a cuento preguntarnos ¿y qué está haciendo la sociedad civil respecto a lo que nos dice el Informe final de la CVR de que es necesario refundar el Perú y de reconocernos como un país multiétnico? Debemos reconocer que si bien es cierto que hay una responsabilidad del Estado, la responsabilidad es de todas las instituciones nacionales y, a mi modo de ver, la sociedad civil no ha ido más allá de criticar la inacción del Estado. Y eso no es suficiente. La CVR ha señalado que las brechas existentes son profundas y en ese sentido creo que hay una responsabilidad de las universidades en la formación de profesionales que contribuyan al cambio. En este sentido, es menester reconocer el trabajo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). No viene a cuento aquí mencionar lo que está haciendo la UNMSM porque eso lo saben más los sanmarquinos que yo. Lo que sí creo necesario decir es que le he reconocido el mérito solo a San Marcos porque he podido observar que en otros centros de formación se sigue teniendo la imagen de que los profesionales son los miembros de una élite que debe “conducir a” y “trabajar para” y no que debe “trabajar con”. Un ejemplo de ello lo tomo de este discurso de Salomón Febres:

Así, es evidente que la primera función social de la Universidad es formar profesionales de excelencia y al mismo tiempo personas éticamente concernidas. La universidad cumple sus responsabilidades generando ciudadanos y personas con conciencia histórica y espíritu cívico: seres capaces de reconocer la situación de sus sociedades y de entender sus deberes hacia sus conciudadanos. Entre esas personas capaces y honradas deben surgir los líderes de una sociedad humanitaria, justa y además eficiente.

Este discurso puede parecer a primera vista muy noble pero no se nos debe escapar que tiene cierto tufillo elitista. Se asume que son las personas que han pasado por la universidad las que deben liderar. Es la formación universitaria la que da la capacidad de entender la sociedad y guiarla por el camino más eficaz. Eso está muy lejos de la refundación nacional de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe.

Espero que a estas alturas de la exposición haya quedado claro que las universidades, como todas las organizaciones de la sociedad civil, tienen una responsabilidad en lo que a la refundación nacional se refiere.

En el reconocimiento de nuestro país como multiétnico, pluricultural y multilingüe, la universidad se debe reconocer también como multiétnica pluricultural y multilingüe y eso pasa, entre otras cosas, por reflexionar y cuestionar los modelos tradicionales de investigación sobre los que se ha fundado el conocimiento en los claustros. Y sé que San Marcos está trabajando bastante en esta línea y no solo desde el CILA sino también desde DIAPOREIN

Creo que luego del informe final de la CVR no se puede seguir pensando en una universidad que siga enseñando como antes. Es necesario revisar los currículos de las carreras y ver en qué medida estos contribuyen a que nos reconozcamos como un país multiétnico, plurilingüe y multicultural. En este sentido, es necesario, por un lado, pensar en una universidad en la que trabajen investigadores (e investigadoras) indígenas y no indígenas en la búsqueda de nuevas formas de investigación y de conocimientos y, por otro lado, reconocer, así como lo reconocieron los gobiernos de Canadá y de Australia, que la Academia Peruana ha causado daño a los pueblos indígenas y pedir perdón por ello. Para ilustrar lo que digo, mencionaré la tesis del darwinismo social.

La teoría de la evolución de las especies, una teoría de innegable importancia, fue malinterpretada por ciertos pseudoacadémicos que dieron origen a las tesis del darwinismo social. Estas tesis, tuvieron mucho eco en intelectuales peruanos de fines del siglo XIX y, por supuesto, fueron recibidas con agrado por los políticos quienes así encontraban un “sustento científico” para justificar la presión de las élites blancas y mestizas sobre los indígenas, afroperuanos y asiáticos; reinterpretar la historia considerando que los indígenas, en su condición de raza degenerada, eran un obstáculo para el desarrollo y plantear la desaparición de las “razas inferiores” a través de la mezcla con ciudadanos europeos blancos que deberían llegar al Perú.

La historiadora García Jordán examina las ideas del darwinismo social en el Perú de fines del siglo XIX y principios del siglo XX que dieron lugar que el congreso apruebe leyes de inmigración para el “mejoramiento de la raza” Las resumiremos aquí.

Se planteó en la época de Castilla la necesidad de “controlar a los selvícolas” a fin de aglomerar mayor número de brazos para el cultivo de los terrenos. Se argumentaba que una buena estrategia para “aprovechar a los indios” era sacarlos “de su vida errante por la predicación evangélica”

Uno de los seguidores de las teorías del Darwinismo social fue Pazos Valera, quien en 1891 sustentó en la Universidad de San Marcos una tesis sobre las causas de la elevación y/o prestación de las naciones donde lamentó la existencia en el Perú de:

“[U]na raza indígena que por su naturaleza y cultura era una raza inferior, incapaz de progreso; el resto de los habitantes, razas cruzadas o puras –mestizos y blancos- pero debilitadas por el tiempo, que, no obstante eran la verdadera población; grupo este con pocas aptitudes para explotar la riqueza del país, cosa que no habría sucedido si el Perú hubiese sido conquistado por sajones en lugar de españoles, en consecuencia, considerando a los anglosajones como una raza superior, propuso la llegada de estos y su cruce con los integrantes de la “verdadera población”, por lo que preconizó la reforma legislativa que garantizara la vida de los inmigrantes, es decir, la libertad de cultos, el matrimonio civil y la naturalización.” (Pazos Valera, 1891, citado por García Jordán, p.968)

Estas tesis le dieron el sustento científico a un diputado como Fuentes, quien en 1892 presentó un proyecto para fomentar la inmigración de extranjeros porque a su juicio la raza indígena era “débil por su ignorancia, pusilámine por el tradicionalismo incásico y sin fuerzas ni alientos para recorrer con plante firme el sendero ascendente del progreso” (García Jordán 1992: 969)

Otro intelectual de esa época, Clemente Palma, señalaba:

“La raza india es una raza degenerada y vieja del tronco étnico del que surgieron todas las razas inferiores; tiene todos los caracteres de la decrepitud y la inercia para la vida civilizada. Sin carácter, dotada de una vida mental casi nula, apática, sin aspiraciones, es inadaptable a la educación, la que podría transformas ya que no los caracteres esenciales de la raza, siquiera los secundario; la española es una raza superior a la indígena aunque idealista y degenerada tras el cruce con la raza africana, es decir los árabes; la negra, considerada raza inferior incapaz de asimilación a la vida civilizada por sus atavismos de visa tribal, salvaje , vida puramente animal que había anulado toda actividad mental; la china, una raza inferior; la mestiza, raza superior a la india y negra aunque carente de homogeneidad y de participar en un colectivo nacional fundamental para formar la “civilización progresiva.” (Palma 1897:15, citado por García Jordán 1992: 970).

Así, para Palma, la solución estaba en ir diluyendo la raza indígena. Clemente Palma propone la inmigración alemana ya que: “con sus admirables condiciones de energía, moralidad y orden…[crearía] al cruzarse con la criolla, una generación equilibrada, dotada de carácter, de menos sensibilidad, pero con más respeto a la ley y al “deber” (Palma 1897:38, citado por García Jordán 1992: 971)

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Creo que no es necesario mayor comentario. La academia peruana fue explícitamente racista. Y es que la instauración de la república en el Perú tuvo como objetivo que las élites criollas ocupen el lugar que ocupaban las élites españolas. Es decir, la República no significó la ruptura de las estructuras internas de dominación, por lo que el racismo antiindígena siguió vigente. En esta república de élites criollas, los académicos criollos tuvieron la misión de darle sustento científico a la república de mayoría excluida.

He dado solo un ejemplo de cómo la academia ha dado sustento teórico para que se promulguen leyes en contra de los pueblos indígenas. Pero, como lo he dicho al principio, reflexionar sobre la deuda moral de la academia está aún pendiente. Yo ahora me he limitado a un ejemplo de la justificación teórica al racismo pero hay muchos otros aspectos en los que se refleja la deuda moral (el considerar a los indígenas objetos de estudio, el robarse sus conocimientos, el hecho, como nos lo dice la canción de Silvio Rodríguez de “hacer papeles para la historia, para que te haga lugar») Hay pues una deuda moral de la academia y creo que es menester reconocerla y pedir perdón por el daño causado.

En la foto: el intelectual Clemente Palma, foto tomada de aquí

6 Responses to La deuda moral de la academia peruana con las poblaciones indígenas

  1. Eduardo Ruiz Urpeque dice:

    Saludos Nila:
    Dos cosas nomas: ¿quien es capaz de reconocer esta deuda? o mejor aun ¿quien (personas, instituciones) reconoce en el Perú actual esta deuda?
    Segunda cosa: ¿como se paga una deuda de este tipo?, ¿con nuevas visiones, por ejemplo, sobre lo indigena o los indigenas manteniendolos como objeto de estudio? y en este ultimo caso ¿donde quedaria el papel de la academia, o por lo menos donde quedaria su papel tal como lo entiende hasta ahora?

  2. Luisa dice:

    Pedir perdón no bastaría para pagar esa deuda moral…trabajo, mucho trabajo de implicación proindígena, que conduzca a y para, como bien destacas.
    Siempre un placer leerte.Un abrazo.

  3. Luisa dice:

    Pedir perdón no bastaría para pagar esa deuda moral…trabajo, mucho trabajo de implicación proindígena.
    Siempre un placer leerte.Un abrazo.

  4. Mila y Laura dice:

    Hola Nila,
    Estoy ya de vuelta con las «obras» del nuevo blog ya acabadas y dispuesta a abrirte la puerta para cuando gustes regresar.

    Estoy de acuerdo en que no basta pedir perdón, sino corregir los errores del pasado y poner todo el empeño en mejorar esas condiciones de vida de los indígenas, darles una vida digna en igualdad con el resto de seres humanos.

    Besos multicolores de nuestra parte.

  5. Guido PIlares dice:

    No olvides que, aunque Clemente Palma tuvo mucho predicamento en su época, la debió a la autoridad prestada del padre. Clemente Palma no sólo era racista (como lo eran todos los positivistas de la época), sino particularmente un arribista, que se dolía en secreto porque don Ricardo fuese considerado plebeyo por gentes como Riva Agüero. Clemente hubiera querido ser algo más que el hijo favorecido de un quinterón de mulato

    • Nila Vigil dice:

      De hecho, para un racista como Clemente Palma debe haber sido muy doloroso tener sangre negra. No olvidemos tampoco que Manuel Ricardo se quitó el primer nombre porque en su época era un «nombre de negros»
      Y bueno lo de autoridades prestadas por los padres es algo que aún continua y por ello es que a Alvarito alguien lo conoce

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