Mi amiga, Ruth Santisteban me ha mandado un interesante artículo sobre cómo expresiones diarias demuestran la violencia contra la mujer Aqui las comparto con Uds.
Violencia contra la mujer: las dizque «naturales frasecillas”
Ruth Santisteban
“La falacia androcéntrica, elaborada en todas las construcciones mentales de la civilización patriarcal no puede ser rectificada “añadiendo” simplemente a las mujeres”. Gerda Lerner
Experiencias concretas de mi diario vivir me inspiran realizar mis reflexiones, pues para mí, lo vivido, lo escuchado y lo concreto me ayuda a entender lo abstracto, lo teórico.
Es así, que para esta reflexión en relación a la violencia contra la mujer me atrevo a poner en tela de juicio algunas “dizque naturales frasecillas” que son muchas veces expresadas por las propias mujeres y hombres:
– “Así que su marido le pegó”… ¿Qué hizo para disgustarlo tanto?
– ¿Qué lástima se fue con otra? “…no lo habrás atendido bien, lo descuidaste…”
– Amiga, tienes que cuidarte, no engordes, ponte linda para tu marido si no, se cansará de ti y te cambiará por otra…
– “Los hombres no pueden ni deben llorar, parecen mujeres”
– “Aguántate porque eres macho”
–
Considero que estas “naturales frasecillas” por sí mismas son violentas y no son ni normales ni mucho menos naturales sino por el contrario, son manifestaciones que se perpetuaron de generación en generación al igual que los insultos, las indiferencias, la desconfianza, el miedo, que no hacen más que perjudicar de sobre manera las relaciones que se dan en las familias, redes sociales y la comunidad.
La violencia de género “…abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física[1]
Releyendo “las naturales frasecillas” y sabiendo que estas han calado en lo más profundo de nuestro ser, se me ocurre iniciar un proceso de reflexión y considerando que las palabras generan conciencia, por ello me atrevo a proponer lo siguiente:
Identificar y desnaturalizar estas y otras “naturales frasecillas” que las venimos arrastrando desde la ley de la familia romana[2] donde el marido era el señor y maestro absoluto, la mujer su propiedad por lo tanto completamente sujeta a sus disposiciones es más él la podía castigar de cualquier forma que deseara.
Cuestionar tanto hombres como mujeres a una red de poder instalada y perpetuada y adonde todos los seres humanos nacemos, el poder patriarcal[3], poder del cual ni los propios hombres se salvan porque a ellos mismos les han hecho creer que para ser hombres deben ejercer el poder sobre las mujeres. Por ello es necesario que “…los hombres aprendan a verse como sujetos que siguen mandatos sociales que los rebasan y que –al ejercer violencia– los ejecutan sin más reflexión[4]
Desmitificar roles y relaciones de poder entre hombres y mujeres que lo único que hacen es continuar reproduciendo la dominación masculina en sus diversas formas, reafirmando al hombre como el fuerte, el protector, el dominador y la mujer como la protegida y la débil, roles sociales asignados por una cultura dominante.
“Dominar, mandar, representar, protagonizar, poseer, se constituyen en la fuerzas motivacionales más importantes de la masculinidad hegemónica” (Montoya, 1998: 20).
Deconstruir estereotipos, lenguaje, símbolos sin perder de vista lo cultural, lo propio y propiciando la reconstrucción de modelos de masculinidades donde al hombre se le permita mostrar su debilidad, su sensibilidad, sus sentimientos, es decir su SER como lo hace cualquier mortal.
“…por generaciones, a los hombres se les ha enseñado, o acondicionado, a reprimir sus sentimientos y a comportarse de acuerdo con un estoico modelo patriarcal de conducta. Por esto es positivo el desarrollo de un movimiento de hombres «expresivos» que persigue erradicar las prohibiciones y represiones convencionales y construir modelos de masculinidad nuevos, más afirmativos y plenamente humanos”. David Tacey
Modificar programas, anuncios, imágenes que refuerzan a la sociedad machista y patriarcal y por contrario potenciemos aquellos que vienen contribuyendo a la igualdad y equidad de género desde la diversidad cultural.
Finalmente considero que la violencia contra la mujer nos exige cambios estructurales y asumir responsabilidades entre todos y todas en las diferentes esferas, teniendo como punto de partida y llegada los derechos universales, sin perder de vista los derechos colectivos de los pueblos, caso contrario, continuaremos llenándonos de casas de refugio que pueden terminar convirtiéndose en otro tipo de red de poder y de dominación.
Asumamos un enfoque integral que considerara los derechos universales, interdependientes e indivisibles; que insertara la violencia en un contexto inclusivo que abarcara la violencia interpersonal y estructural; que tuviera en cuenta la discriminación tanto individual como estructural, incluidas las desigualdades estructurales e institucionales; y que analizara las jerarquías sociales y/o económicas entre las mujeres y entre las mujeres y los hombres[5].
[1]Susana Velázquez 2003
[3] El patriarcado es un sistema de relaciones sociales en que se usa a los individuos para imponer control sobre sí mismos y sobre otros para usar sus recursos y proveer de control al superior: el patriarca. Antonio Ramírez
[4] Complejidad e Intimidad en la Violencia de los Hombres. Reflexiones en torno al poder, el habla y la violencia hacia las mujeres. Roberto Garda.
[5] Informe presentado a la Asamblea General en 2011. Rashida Manjoo.
La situación sí que es súper compleja, es como retirar los glóbulos rojos de la sangre. Tenemos tan encrustados los formatos que ni nosotras, las mujeres, logramos cambiar realmente, y si cuestionamos o discutimos, somos consideradas locas, neuróticas, histéricas, «aguantadas», «menopáusicas», etc. ¡por nosotras mismas! Pero como nada es imposible, es cuestión de decir «hagámoslo ya» e ir hacia adelante hasta lograr verdaderos cambios.
Imaynacha kunan saywinakuqka kankupas, ichaqa ñawpaq taytamamamanchikkunaqa hunt’anakuspankuy kawsakuqku, warmiqa killaq yachaynitna hapiq, qharitaq intiq yachayninta, saywinakuspankunñan yachayninkuta hullaspam sumaqkawsaytaqa taripaqku…MANAÑACHU CHHAYNA KAWSAYTA TARIPASUNMAN?
El texto motiva una buena reflexión.
Me parece una mitología hecha realidad entre el varón y la mujer, al primero se le hizo creer como un ser fuera de lo natural frente a la mujer, y al segundo como otro ser no natural frente al varón. El texto tiene un mensaje claro al respecto…Los cambios no serán posibles si no ubicamos en el llano como seres naturales al varón y a la mujer: con sentimiento, con afecto, con sensibilidad y con criterio de complementariedad entre ambos….
Saludos
En una sociedad como la nuestra es dificil entender la violencia como machismo unicamente, pues el feminismo tambien es violencia. Creo que todos no acabamos de entender, como bien lo dice la autora, que nuestros roles sociales tienen que ser muy bien entendidos y asumidos. Existe violencia contra los varones, pero nunca se denuncian, o muy pocas veces. Por lo tanto, los varones tenemos que cambiar, pero tambien las mujeres. Los machos lloran, aman, se enojan igual que las mujeres, sin embargo los prejuicios y posturas machistas lo prohiben, lo censuran. No debe haber poder debe haber equidad, pero equidad para los dos generos y no abuso feminista ni machista. Hombres y mujeres somos iguales en derechos. Si logramos entender y aplicar a nuestras relaciones estos nuevos paradigmas sociales, entonces estaremos construyendo un munco mejor para nuestros hijos e hijas. EQUIDAD DE GENERO
Amiga hermana aun tengo criticas ante la equidad de genero, yo preferia analizarla en funcion a la complementariedad y el cariño que es propi@ nuestro, considero que la perspectiva foranea al respecto a veces nos ciega respecto a lo que los compañeros nos mencionan, ciertas tambien sus perspectivas. Entonces en la crianza aprendamos a escucharnos, a sentirnos y principalmente a amarnos en el otro.
ñañallay, estoy completamente de acuerdo contigo que debemos ver desde el principio de complementariedad por ello mismo digo que considerando las diversas culturas.
Lo cierto es que la violencia hacia la mujer que se está dando
(en mi país y no se si en Bolivia), es como el pan de cada día y la mayoría de los casos en zonas urbanas, donde es más complicado ingresar por lo nuestro sin antes no haber cuestionado el porque de ciertas conductas que se instalaron y perpetuaron…
Por ello debemos criarnos sacandonos muchas cosillas que nos hicieron creer…
Allaapa llakinashqam kay Artículo nishqanta nawiqtsarir tikrarillaa, nuqantsiqqa musyantsikmi ullquwan warmi kashqantsikta, kaychawqa manam mayqanpis allqutsakunantsu,. Ishkay kantsik shumaq kawakunapaq, yachaynintsikkunata ruranapaq. tsaymi alli shunquntsiwan piñashqa nunakunata kaayitsishun, Warmiwan ullqupis shamurquntsik kay patsaman alli kawakunapaq,