foto tomada de la página del Ministerio de Cultura
El maestro Máximo Damián ha muerto. Luego de haber pasado horas en el Rebagliatti porque no habia cama.Murió el mismo día que lo pasaron a piso. El maestro ha muerto y ahora le hacen un velorio de honor en el Ministerio de Cultura. Con Honores y distinciones. ¿Pero de qué le valen esos honores si él ya no está en la tierra. Dónde estaba el Ministerio, el estado cuando él estaba enfermo? En ningún lado. O Quizá sí, en algún lado, matando e hiriendo a las personas en Pichanaki que protestaban por el lote 108.
Máximo Damián no solo era el violinista amigo de Arguedas (que ya es decir bastante, no olvidemos que a él le dedicó «El zorro de arriba y el zorro de abajo.» ) era el gran cultor de la música andina.
El ministerio de cultura lo vela con honores y ante esto solo se puede sentir vergüenza. Los homenajes se hacen en vida. Los reconocimentos de nada sirven. Debieron reconocer que el señor estaba enfermo y que necesitaba atención, nada de cruces ni órdenes póstumas,,»lucecitas montadas para escena». Desprecio este Estado hipócrita, monocultural, monolingüe e insensible.
Yo desde acá, don Máximo, le agradezco y lo recuerdo y me despido de Ud. Con este tributo:
Recién descubro tu blog.
¡Qué hermoso y cálido homenaje a Don Máximo Damián!
Muchas gracias!
Argentinamanta qillqayki.
Enrique Doerflinger