Acabo de regresar del río Paranapura. Ha sido una experiencia muy interesante. He conocido a los shawis (chayahuitas). He ido de Lima a Tarapoto por avión, luego a Yurimaguas por tierra y de allí por el río Paranapura y luego el Cachiyacu. He visitado escuelas y he hablado con los shawis.
Cuando llegué a Chazuta me di con la sorpresa de que la profe con la que quería conversar estaba en Yurimaguas porque tenía licencia prenatal. Como Chazuta ya está cerca a Balsapuerto, un distrito que según el mapa de pobreza, elaborado por el fondo de cooperación para el desarrollo social (FONCODES) el 2006, encabeza la nueva lista de los 15 distritos más pobres del Perú, fui a conocerlo.
El 95% de la población de Balsapuerto es shawi. Los metizos se refieren a los shawis, sean o no de Balsaperto, con la forma despectiva de «balsachos.» Hay mucho racismo hacia los shawis. Se les menosprecia abiertamente. Por ejemplo, un mestizo me dijo que los nativos no han nacido para gobernar (sic).
Si se camina por las calles, se escuchará hablar muchísimo más shawi que castellano. Pero la escuela es toda en castellano. Cuando he preguntado el porqué a los especialistas de la Unidad de Gestión Educativa Local de Alto Amazonas (UGELAA), me han dicho que es porque la gente prefiere educación en castellano, pues necesitan saber castellano si es que van a Yurimaguas. Esta respuesta me ha dejado en claro que ni siquiera los de la UGELAA saben que la educación intercultural bilingüe no es un modelo en el que no se aprende castellano. En Balsapuero hay secundaria y Serafín Cárdenas, director de ese centro, le comentó a uno de los especialistas de la UGELAA que en el primer año de secundaria se debe nivelar a los niños porque muchos no tienen las competencias que se esperan en un alumno de tercer grado. ¿no será porque se les ha enseñado en una lengua que no conocen? Le pregunté.